La Dionisia y la Timba son dos barrios habaneros “complicados”. Dicen eso de dos comunidades del municipio Plaza de la Revolución con alta densidad poblacional, zonas empobrecidas, y habitantes que conocen pocas opciones para ascender en la escalera del progreso social.

En ellos vive Jessica, que estaba desempleada cuando empezó la pandemia, y también Anleydis, madre de un niño de 2 años, y Yasser que tiene tres hijos y uno en camino. Pero cuando Ángel David Fernández se paró en una esquina a contarles sobre la creación de un proyecto de desarrollo local (PDL) entendieron que la oportunidad les tocaba la puerta del barrio.

  • ¿Qué es un PDL? Lee aquí.

Se trataba de Sil26, un PDL que comenzó con la pandemia. Identificaron un solar yermo, con la yerba a la cintura, y mucha basura, en la esquina de Loma y Colón. Allí podrían comenzar.

*Sil 26 es ya una MIPYME, recién aprobada, te lo contamos aquí.

¿Dónde pusieron la mira? En la empresa de envíos a Cuba pagados desde el exterior Supermarket23, que entonces necesitaba un punto para concentrar, ordenar, consolidar pedidos. El joven emprendedor presentó los papeles para arrancar con un PDL que le permitiría además cambiar el rostro de esa comunidad dándole trabajo bien remunerado a varios que viven en ese céntrico, pero preterido, lugar de la capital habanera.

Lo local se desarrolla

Saldar deudas sociales en los barrios “malos” se ha convertido en una urgencia que el gobierno cubano ha tomado como prioridad, un trabajo que ha tomado velocidad en los últimos meses.

Pero cuando todavía el tema no gozaba de tanta visibilidad, Sil26 decidió hacer de Loma y Colón su punto de partida.

Antes de Sil 26, la esquina de Loma y Colón era un solar yermo, lleno de escombros, con la yerba hasta la cintura. Foto: Kalia León.

“Comenzamos hace dos años, en la pandemia, con licencia de mensajero que en la Ley tenía un alcance amplísimo, pero desde el punto de vista administrativo le ponían muchas barreras. Nosotros logramos que se entendiera que con esa licencia se podía hacer todo esto.”

Primero seis empleados, luego 10, y luego el papeleo para que aprobaran el PDL, presentado en el gobierno del municipio Plaza, después a la Oficina de Gestión Integral (OGI), y “se vio también con el intendente”, cuenta el joven emprendedor entre conversaciones por teléfono y con sus empleados.

Sil26 utiliza espacios ociosos en la Timba y la Dionisia y tiene como prioridad mejorar las condiciones de las familias de esta localidad habanera a través del empleo bien remunerado. Foto: Kalia León.

¿Fue difícil que lo aprobaran?

“Fue difícil porque había muy poca información de cómo hacer un PDL, y sobre qué actividades eran prioridad para hacer un Proyecto de Desarrollo Local. Ya estaba en vigor el Decreto- ley 33 y muy pocas instituciones conocían su existencia, y tuvimos que estudiarnos la normativa de los PDL y de esa manera enseñar a las instituciones, desde el modo más humilde posible, cómo usar esas normativas y cómo interpretar esto al ritmo de las decisiones políticas del país. Nosotros siempre hemos dicho íbamos al ritmo de las decisiones políticas, pero no al ritmo de las normativas”.

Ángel David tiene muchas ventajas para irrumpir en la agreste lucha con las instituciones aún reticentes hacia la iniciativa privada. Graduado de Derecho y luego del Instituto Superior de Relaciones Internacionales, entiende de leyes como el primero y no hay quien le haga un cuento.

Ángel David Fernández (a la izq.), líder de Sil 26: “Vamos al ritmo de las decisiones políticas, no al de las leyes”. Foto: Kalia León.

Sil26 tiene una relación contractual con la plataforma de compra por internet Supermarket23, consolidan, preparan los pedidos que en 72 horas, o menos, deben estar en la puerta de las casas de los destinatarios. 

No obstante, los proveedores tienen una relación con la plataforma de manera directa, “todos coexistimos como en un ecosistema, porque de la plataforma son proveedores lo mismo empresas estatales que producen dulces, carne de res, viandas o vegetales, como simples TCP u otros que están por convertirse en PDL y venden sus producciones a la plataforma Supermarket23”. 

En este PDL se respira una realidad soñada: empresa estatal, mipyme privada, tcp, campesino… interactúan en transparencia y legalidad, rompiendo el estigma de “ellos y nosotros” que todavía persiste en algunas mentalidades que ven con ojerizas la correa que se les ha dado a los nuevos actores económicos.

Dirigido por un jurista, este PDL entiende beneficios que ofrece la legislación vigente. Los tcp pueden recibir pagos en MLC, y esto no es poca cosa, porque en esa moneda se comercializan muchos productos esenciales para la producción de otros bienes. 

“Gracias a la Resolución 315 esto es posible, y eso pasa cuando privados o estatales venden a través de Supermarket23, por ejemplo, y utilizando una de las 42 empresas autorizadas por el gobierno para servir de canal de pago en moneda dura, al productor le llega el pago en MLC.”

Pero no es suficiente, advierte el emprendedor.

“Tenemos desafíos grandes a la hora de poder recibir los pagos, pedir préstamos, a la hora de hacer inversiones eso todavía a nivel institucional no se ha flexibilizado, están las orientaciones, las indicaciones, pero todavía estamos pasando trabajo para poder romper con ese canon psicológico de que “se van a enriquecer, de que van a crecer mucho, de que si hay que limitarlos”. Y yo pienso que eso hay que dejarlo un poco atrás, y más cuando son proyectos de este tipo, que generan utilidades, pero pone parte de esas utilidades a favor de las comunidades.”

El barrio

Jessica Goire Aguirre vive muy cerca de este PDL. Estudió para ser maestra, pero cuando comenzó la pandemia estaba desempleada y supo de esta oportunidad. Hoy destaca por su seriedad y su disposición para trabajar.

Jessica Goire va en bicicleta a todas partes. Y sabe hacerse tatuajes. Hoy esta joven graduada de maestra, ha encontrado un nuevo lugar donde se siente útil. Foto: Kalia León.

“Aquí nosotros preparamos, consolidados pedidos que hacen familiares para ayudar a sus familias aquí en el país”, dice la trabajadora de este PDL que prepara las órdenes que se realizan en la plataforma online Supermarket23.

“Me gusta trabajar aquí, y más que gustarme es el lugar desde el que puedo ayudar a mi familia también”.

Yasser Ernesto Soto Arzuaga vive en la Dionisia y también estaba sin trabajo cuando escuchó sobre Sil26. Tiene presiones económicas que dejarían sin sueño a cualquiera: tres hijos y un cuarto en camino.

Para Yasser Sil26 ha sido una salvación. 

“Trabajo en la nevera, lo que tiene que ver con las cosas frías. Ahora mismo estoy en construcción, estoy comprando cosas de la canastilla para el que viene ya el mes que nacerá.”

Yasser Ernesto es uno de los habitantes de la Dionisia que consiguió empleo en el proyecto Sil26. Foto: Kalia León.

En nuestra visita conocimos a un joven de 18 años que ha encontrado trabajo aquí por primera vez en su vida, y también de ex reclusos que se integran a la sociedad gracias a esta oportunidad que implica remuneración acorde a sus necesidades, pero también preparación para dominar el algoritmo de trabajo de un centro de consolidación de paquetería que debe operar contra reloj siempre.

Sil26 crece. Está a la espera de una respuesta porque a pocos metros de su sede un centro de elaboración y un almacén del Ministerio de Transporte, ambos ociosos, pueden ser espacios de crecimiento para este PDL.

Ángel David sueña con tener un espacio y traer artistas que interactúen con la comunidad, emplear a más personas con un salario digno y sostenible, y así cambiarle el rostro para siempre, y que nadie más diga que son barrios malos, sino que son espacios donde también germina la oportunidad.