No pasaron dos meses entre un anuncio y otro.

El 26 de agosto el Banco Central de Cuba emitía la Resolución 215, que regulaba “el uso de determinados activos virtuales en transacciones comerciales”.

Y el 21 de octubre el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, admitía que “las innovaciones tecnológicas, como las monedas digitales, las plataformas de pago alternativas y las nuevas formas de ocultar las transacciones transfronterizas, reducen potencialmente la eficacia de las sanciones estadounidenses”.

El informe de ese Departamento incluía a Cuba y daba “pelos y señales” de cómo se le iba de las manos el régimen sancionatorio que impide acceder al mercado financiero internacional, utilizando mecanismos de pago tradicionales.

Se veía venir: con el uso de activos virtuales descentralizados, entre ellos el Bitcoin (aunque en el mundo operan cientos de monedas virtuales), las pistas del dinero no se siguen tan fácil. Y eso ya lo están entendiendo aquí y allá.

Mientras Cuba apuesta por sumarse “oficialmente” a la oleada de las criptomonedas, amén de reservas y preocupaciones que plantea la citada Resolución, Estados Unidos busca mecanismos de control que, literal y virtualmente, escapan de sus manos.

El escenario es ya imparable: tres días después de que El Economista señalara la entrada del Bitcoin a Wall Street permitiéndole expandirse a un público más amplio, en La Habana, un influencer explicaba cómo pagar con Bitcoin, en menos de un minuto, la factura en un negocio privado.

Emprendedores dan primero… y dan dos veces

Yarini Habana sería el primer restaurante en aceptar las cripto, al menos públicamente, pero obviamente no es ni será el único.

En Coinmap, un mapa de colaboración abierta donde los propios usuarios registran los negocios que ya operan con cripto, se pueden observar, al menos otros 13 negocios que en Cuba ya aceptan las criptomonedas.

El influencer cubano para estos temas, Erich García, daría las mieles que han endulzado a unos cuantos, que son muchos más que los que comentaban sobre el video o aparecen en el mapa. Lo hacía usando Lightning Network, una red de micropagos off-chain de Bitcoin, más rápida y con menos comisiones que otras disponibles.

El restaurante de cocina mexicana Ándale está implementando las criptomonedas como vía de pago.

En Guanabacoa, por ejemplo, Joshua, al frente de Ándale, cocina mexicana ensayaba el salto a las cripto y comentaba a El TCP, vía WhatsApp, que ya tenían un perfil en Slyk, aunque todavía no estaba operativo.

¿Qué es un slyk? El portal KWelta la definía como “una plataforma e-commerce enfocada a teléfonos móviles, con la que puedes obtener tu tienda virtual gratis en minutos y ofrecer tus productos y servicios y cobrar por ellos en la forma de pago que quieras”.

Esa plataforma, lanzada en febrero de este año por el emprendedor norteamericano Tim Parsa, abrió sus puertas a Cuba desde el primer día y Joshua no ha querido perder más tiempo. Para él, ingeniero en Telecomunicaciones, tener una tienda virtual era una necesidad inaplazable en función de satisfacer a todo tipo de clientes. Encima, Slyk es completamente gratis para los cubanos, 0% por registro y 0% de fees.

Poco cambiará, en esencia. Si antes, los familiares o empleadores pagaban desde el exterior por el envío de comida y desde su cocina mexicana llegaba el servicio a la capital…en breve, desde el exterior o desde la Isla, también podrán hacerlo usando las cripto.

Dichas ventajas se logran, gracias a la integración de la Slyk con QvaPay, una pasarela cubana de pagos, creada por el también programador Erich García.

Captura de pantalla de la plataforma QvaPay.

Si bien QvaPay tiene como propósito expreso, entre sus muchas otras prestaciones, convertir Bitcoin y otras criptomonedas a pesos cubanos y Moneda Libremente Convertible, por el momento la opción no está habilitada desde la Isla.

Desde ella se pueden depositar los fondos en bancos, pero no incluye a bancos cubanos entre las opciones.

QvaPay, sin embargo, sigue siendo una opción viable si se integra a otras plataformas, por su funcionalidad como monedero electrónico, conocido y ya popular en Cuba. Por ello, muchas aplicaciones implementan QvaPay como pasarela de pago.

Uno de los ejemplos más mediáticos es Sendsay, a cargo de Jónathan González, miembro confiable dentro de los grupos de intercambio o exchange de criptomonedas en Cuba.

Según el sitio KWelta, en esa tienda “podremos encontrar servicios de remesas en CUP ó MLC, recargas de saldo móvil y nauta; utilizando el saldo de la pasarela QvaPay”. Muy sencillo, de tener una moneda virtual a poder comprar en una tienda en MLC o recargar el teléfono o sumarle CUP al salario de un empleo estatal, aunque con un recargo (fee) sobre la transacción…

Ya lo decía el propio Erich, “nunca fue tan fácil operar tus finanzas a nivel internacional, evitando sanciones y limitaciones”.

Por ahí podría entrarle “el agua al coco”, sobre todo desde la retirada de la Western Union y el cese del envío de remesas a Cuba por esa vía. En contraposición, las criptomonedas han ido ocupando un lugar predominante en la Isla.

Varios emprendedores se han lanzado a establecer plataformas que permitan el envío de remesas a través de esos activos virtuales que al no tener fronteras ni pertenecer a nadie, no pueden ser bloqueados. En esa independencia está hoy su éxito… y su “peligro”. Una polémica que se dirime hoy en China, país que después de haber vetado la minería de las cripto, ahora somete el tema a consulta popular.

El consenso, sin embargo, sí parece haber llegado a Cuba, sin obviar que una rigurosa investigación de la Revista Juventud Técnica, se lanzara durante un año a investigar la gestión de esos criptoactivos, a través de Trust Investing y polemizara sobre la estafa piramidal y lo ilícito o no de esa actividad.

Captura de pantalla de Coinmap, mapa colaborativo de los negocios que operan con criptomonedas en Cuba.

Con la Resolución del Banco Central, muchos han dado rienda suelta a una gestión más responsable de las monedas virtuales. Sin embargo, la libertad que permite la descentralización y la autoprotección de la propia red en la que operan las criptomonedas, la denominada blockchain, no debe confundirse con la especulación.

Y en ese sentido el doctor Miguel Katrib, jefe del Grupo Blockchain del Instituto de Criptografía de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, se refería a otras bondades que amplían su uso.

Una de ellas son los contratos inteligentes, que en palabras del experto “no es más que dotar a la red de la capacidad de ejecutar una lógica que amplíe la capacidad de la blockchain, de modo que sea útil no solo para transferir valores con seguridad, sino para garantizar que se cumplan ciertas reglas”, señalaba a Cubadebate.

Más interesante aún era la otra utilidad que ampliaba las potencialidades: el uso del token; una unidad de valor o activo que se puede usar y transferir. Y en esa mira, el doctor apuntaba al Turismo, “un sector susceptible de ser “tokenizado”.

“Ténganse en cuenta la gran cantidad de actores que tiene: transportistas, agencias de viaje, hoteles, restaurantes, artistas, suministradores estatales y privados… Es imposible que se puedan desarrollar aplicaciones centralizadas. Piensen en el verdadero encadenamiento productivo y de servicios que nos puede dar el uso de blockchain en la industria del ocio”, avizoraba Katrib. 

Y no dudemos que haya ya emprendedores en Cuba zigzagueando ese camino para recorrerlo luego en vía recta. El mundo virtual del emprendimiento es cada vez más real.