La noticia ya es hasta “vieja” porque hace unos meses circuló: se autorizó que entidades financieras brindaran fondos al sector privado y cooperativo, incluso en moneda libremente convertible (MLC).

Aquí también te lo habíamos contado

Quienes desearan montar un negocio o aumentar las inversiones de su emprendimiento ya no tendrían, necesariamente, que echarle mano a sus ahorros, vender objetos valiosos, esperar por una remesa… Fue una excelente noticia, sin dudas.

Sin embargo, también fue…y es complicado. El otorgamiento tiene varias limitaciones y requerimientos peliagudos y antes de que apuestes por ese camino, aquí en el TCP, queremos ponerte “las cartas sobre la mesa” utilizando la información oficial disponible, los estudios académicos y testimonios de implicados.

A pesar de que las políticas crediticias dirigidas al cuentapropismo cuentan con una década de implementación, aún son muchas las trabas que impiden al sector privado utilizar estas alternativas como fuente de financiamiento. Si bien podrían señalarse experiencias positivas en algunas provincias, no han constituido generalidad en la realidad cubana.

Destacados académicos como Francisco Borrás, Jorge González, David Pajón y Jessica León han realizado estudios que identifican diferentes causas en las exiguas relaciones entre la banca y dichos actores económicos. Te listamos algunas de las que sobresalen.

  • Escasa información sobre las ofertas bancarias existentes, sus requerimientos y vías de acceder a ellas.
  • El hecho de que solo aspiran al financiamiento quienes tengan una licencia para ejercer la actividad económica, lo que indica que las personas precisan de un capital inicial para emprender, antes de pedir fondos. Este requerimiento excluye a quienes tengan buenas ideas de negocio y habilidades para emprender, pero no cuenten con los recursos imprescindibles para empezar.

De este modo solo pueden trabajar de forma autónoma las personas que posean ventajas en su capital económico, cultural y relacional; lo que acrecienta las desigualdades y obstruye oportunidades a grupos discriminados y marginados.

  • Además, los productos financieros están diseñados de forma homogénea para negocios y personas que realizan actividades en diferentes zonas geográficas y sectores de la economía, con disímiles niveles de ingresos, capacidad de pago, entre otros. No tienen en cuenta las necesidades, asimetrías y puntos de partida de cada cliente.
  • El proceso de solicitud y otorgamiento regularmente es largo y complejo. Para solicitar el financiamiento se requiere la presentación de varios documentos: carné de identidad, documento oficial que autoriza la realización de la actividad económica, estados financieros o registro de control de ingresos y gastos, modelo de solicitud del financiamiento, entre otros.
  • Asimismo, los emprendimientos son sometidos por el banco a un proceso de investigación de sus cuentas contables, operaciones, fuentes de ingresos, factibilidad, capacidad de pago, entre otros aspectos que, en conjunto, provocan desincentivos.
  • También se exigen garantías como una forma de asegurar el cumplimiento de las obligaciones por parte del solicitante. Entre ellas se incluyen fiadores solidarios -personas que asumirán tu deuda en caso de que no puedas pagarla- , cesiones de derechos, hipotecas de viviendas de veraneo, joyas, obras de arte y otros bienes patrimoniales.

Sobre ese tema, un directivo de una sucursal del Banco Metropolitano -que ha preferido quedar en el anonimato, explicaría que “hace varios años los TCP podían pedir hasta 20 000 pesos en créditos sin que se les exigiera garantías, pero comenzaron los incumplimientos y el banco tomó la determinación de no dar más préstamos sin garantías”.

Nuevas fuentes de financiamiento

Tanto para las cooperativas no agropecuarias (CNA) como para las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES) se ha establecido el mismo procedimiento para el otorgamiento de préstamos en pesos cubanos, codificado en la Resolución 213 del Banco Central de Cuba.

Los interesados deben hacer la solicitud en la sucursal bancaria donde opera su cuenta corriente, refiriendo la necesidad de capital de trabajo inicial, capital de trabajo o realizar inversiones. En cualquier caso, la cantidad de dinero que pida prestada podrá recibirla en varias partes, pero comenzará a pagar los intereses en cuanto le entre a su cuenta el primer centavo.

De igual forma, deben realizar un largo papeleo: documento del representante, expediente de constitución, modelo de solicitud con la factibilidad del negocio, ingresos estimados, mercado potencial, cronograma de pagos, así como estados financieros, flujo de cajas y otros documentos que exija el banco.

La institución financiera evaluará los riesgos teniendo en cuenta varios factores, como el objetivo del crédito, la capacidad de pago y las garantías, que son exigidas en todos los casos.

Hasta ahí la teoría, a grosso modo.

En la práctica, por ejemplo, la fuente consultada en el Banco Metropolitano reconoce que en la sucursal donde trabaja nadie conoce con exactitud cómo tramitar los créditos a MIPYMES. Y llama muchísimo la atención un detalle que narra.

“El dueño de la empresa debe mostrar contratos que ya tenga firmados que asegure que tendrá entradas de dinero para pagarnos”. Lo dice, a sabiendas de que se trata de un negocio que acaba de empezar, y que debe tener, por tanto,  muy pocos ingresos o ninguno. Pero alega: “¿cómo vamos a prestar sin tener la seguridad de que nos van a devolver? No sé cómo sería porque este tipo de créditos debe devolverse en un año”.

Las normas también estipulan que la entidad financiera chequeará al deudor. De ahí que los bancos efectuarán seguimientos para verificar la utilización de los recursos.  Eso significará  que si se solicita dinero para maquinaria, por ejemplo, no podrá utilizarse en pagar salarios. Además, cuentan con la posibilidad de suspender la entrega de una parte del préstamo si cambia la situación financiera o se viola alguna disposición del contrato.

¿Y la otra moneda?

Para la obtención de créditos en Moneda Libremente Convertible (MLC) se contacta con la Financiera Iberoamericana S.A y un nuevo organismo que comenzó a operar a partir de diciembre: Financiera Microcréditos S.A. No obstante, todavía no están claras cuáles serán las prioridades y las condiciones para el otorgamiento, en el caso de la Iberoamericana.

Sobre la Financiera Microcréditos sí se ha emitido mayor información oficial. Será la encargada de otorgar pequeñas cantidades de capital a prestatarios que deberán retornarlas en periodos de tiempo, bastante reducidos. Aunque tiene potestad para prestar tanto en MLC como en Moneda Nacional, el otorgamiento en MLC estará sujeto a determinados requisitos y contarán con poca flexibilidad, pues los fondos solo estarán disponibles para trabajadores por cuenta propia, MIPYMES y CNA que realicen  exportaciones, ventas a las cadenas de tiendas en la misma moneda o a la Zona Especial de Desarrollo Mariel.

Dichas medidas han desatado polémicas en las que los cuestionamientos más frecuentes están relacionados con los plazos para devolver el dinero, el pago de los intereses y las condiciones para obtener recursos.

De hecho, la prohibición de efectuar importaciones con los microcréditos elimina una fuente de financiamiento para aquellos actores que requieran insumos o maquinarias específicas que no se encuentran en el entorno cubano.

Por otro lado, pone en desventaja a los que producen o brindan servicios para el mercado doméstico, y de igual forma demandan inversiones en MLC para arrancar o sostenerse.  Estos emprendedores tendrían que acudir al mercado informal a comprar monedas extranjeras, bajo tasas de cambio elevadísimas, no reconocidas oficialmente, que incrementan sus costos, crean incentivos para el aumento de los precios y los obligan a operar en un ambiente de ilegalidades.

¿Es este un buen mecanismo para reducir la inflación y fomentar la transparencia? Parece que no.

No obstante, no todo está perdido para quienes no exportan y no puedan acceder a los fondos institucionales de MLC. La Resolución 222/2021 del Banco Central de Cuba permite que las cuentas en MLC de los cuentapropistas, MIPYMES y CNA reciban  financiamiento a través de remesas o ahorros externos, bajo la forma de transferencias bancarias externas, no vinculadas a operaciones y transferencias de FINCIMEX.

Sin embargo, este es un mecanismo que beneficia solo a una parte de los emprendedores: quienes poseen ahorros en instituciones financieras extranjeras o tienen familias y amigos que residen fuera de Cuba con capacidad para enviar ayudas. ¿Qué sucede con el resto?

En esencia, se estanca el desarrollo.

Y aunque la regulación también avala transferencias de cuentas con respaldo en CL (carta de liquidez) de otras empresas e instituciones, es probable que no sea una vía utilizada por muchas empresas, pues este es un mecanismo centralizado con el que las empresas estatales priorizan las importaciones.

Las reglas del juego para el sector privado y cooperativo establecen que las ventas de bienes y servicios de las formas de gestión no estatal a personas jurídicas cubanas se realicen en pesos cubanos, excepto los contratos con entidades de la Zona Especial de Desarrollo Mariel y cadenas de tiendas en MLC que pueden realizarse en la moneda virtual (MLC).

Amén de que no se permiten los depósitos , sí se admiten las transferencias bancarias desde las cuentas MLC de otras MIPYMES, cooperativas, formas asociativas, personas jurídicas extranjeras y personas naturales.

La cuestión negativa es que si una persona natural (titular o socio de una MIPYMES, por ejemplo) transfiere desde su cuenta personal en MLC a la cuenta de su MIPYMES, esa acción se contempla como una donación que va a la contabilidad empresarial -por tanto se incluye en las cuentas de ingresos-, que aumentan las utilidades y son objeto de tributo. En el mundo ideal estas transferencias deberían considerarse como un incremento de capital libre de impuestos, pero ese mundo no lo tenemos ahora.

Dichas operaciones ya han sido utilizadas por socios de algunas MIPYMES, para dotar de MLC sus respectivas organizaciones. Así lo han confirmado miembros del grupo MIPYMES-BANMET -en la red social Telegram-, el cual es gestionado por el Grupo Oficial del Banco Metropolitano.

De alguna manera las dudas y sugerencias apuntan directa o indirectamente a la necesidad de  operar con MLC en medio de una  economía –parcialmente dolarizada – Por tanto, urge la creación de alternativas de financiamiento en MLC.

Y con ello se deberían, de paso, diversificar los productos financieros con diseños flexibles, que establezcan condiciones diferentes para enfrentar la devolución de los créditos y estén acorde a las necesidades de los emprendimientos.

Tramitar un préstamo tendría que ser siempre un camino al desarrollo y las posibilidades, nunca al estancamiento o la incomprensión.